Espacio de intercomunicación entre nuestros embajadores de la UMA en Latinoamérica (maestros/as) y los alumnos pertenecientes a la clase de Innovación y cambio en la escuela.
miércoles, 18 de abril de 2012
Marina Santos Sepúlveda, Tambogrande. Piura.
El primer contacto con las personas ha sido maravilloso, muestran una amabilidad y disposición que no había conocido antes, desde el principio nos aceptaron como una más y nos ofrecieron todo lo que estuviera en sus manos.
Observamos unas casas que a primera vista parecen inacabadas pero no es así, simplemente se trata de un hogar que precisa de lo justo para poder ser llamado así, ellos no necesitan pintar las paredes de colores bonitos o decorar la habitación con muebles inútiles, cuadros ostentosos o maquinaria prescindible.
Los soles que podrían invertir en la infraestructura de la vivienda van destinados a la salud de los miembros de la familia, en primer lugar teniendo una buena dieta, equilibrada y rica para evitar enfermedades, infecciones o malnutrición y, en segundo, para que todos y todas puedan ser atendidos sanitariamente en caso de que enfermen.
Los gastos no escatiman en todo lo que a la alimentación concierne.
Ahora centrándome en el aspecto educativo os indico que yo estoy en un instituto llamado María Teresa de Gerhardinger, estoy en las aulas de primer grado la mayor parte del tiempo, en las horas dedicadas al área de Comunicación, el profesor me cede el tiempo que necesite para realizar las actividades que quiera.
Aquí el sistema educativo es bastante pobre, carencia de recursos y personal muy poco preparado, pero aun así se respira muy buen ambiente, los niños y niñas son muy respetuosos y considerados aunque la edad en la que se hallan es complicada y siempre escucho silbiditos por los pasillos.
También tengo bajo mi responsabilidad a una niña de 13 años de edad llamada Rosita Isabel y a otro chiquito de 14 años que responde al nombre de Donal a los que le dedico un tiempo concreto y fuera del aula porque presentan más dificultades que el resto en lo que al aprendizaje concierne.
Ambos me responden muy bien y se esfuerzan mucho por mejorar sus condiciones lo que me facilita la labor, aunque luego me cuesta mucho librarme de ellos porque ninguno quiere volver a la clase.
Bueno os iré contando más de mi estancia por aquí, de momento informaros que al tratarse de una escuelita rural alejada de la mano de Dios, todo el alumnado viene de diferentes caseríos, yo tardo en llegar una hora (con suerte) de trayecto entre autobús y moto-taxi pero la gran mayoría de ellos/as caminan durante más de 60 minutos y bajo el aplastante sol para ir a la escuela y otro tanto de regreso lo que es dignísimo de admirar, ya que en Málaga nos andamos tirando de los pelos si un 20 pasa de largo por ir lleno de gente.
Un abrazo fuerte a todos y todas, espero que estéis bien y que gocéis del clima mediterráneo que esto es un suplicio. Cuidaros.
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